El crecimiento económico promedio de este país ha rebasado 5% del Producto Interno Bruto (PIB) anual desde el 2000.
Ha mejorado en 100% el ingreso per cápita de sus habitantes en los últimos 40 años y ha reducido la tasa de desempleo a 6% anual, después de haber tenido tasas cercanas a 25 por ciento.
En comparación con otros países del continente, su crecimiento económico es mayor que el de Brasil o el de Chile y además los sectores que han impulsado este crecimiento son el minero, el de la construcción y los servicios. Para nuestra desilusión, no estamos hablando de México. Estamos hablando de Perú.
Este país, que hace un poco más de 10 años se encontraba rezagado en crecimiento económico, con altas tasas de inflación y con una baja capacidad productiva, se ha convertido en la verdadera economía emergente del continente.
¿En dónde radica este cambio y este éxito? Básicamente en las decisiones acertadas de los presidentes en turno para hacer reformas que el sector productivo necesitaba.
Como resultado de esto, aunado a una coyuntura en el aumento de las exportaciones de sus commodities o mercancías primarias, el país tiene un repunte económico envidiable. El sector productivo privado confió en estas reformas y ahora es un gran promotor del aumento de la productividad laboral del trabajador peruano. Estos niveles de productividad impulsaron al sector exportador y ahora su economía se diversifica porque sus socios comerciales más importantes son China, Estados Unidos y Europa.
La inversión extranjera directa y la inversión en cartera han hecho de este país un gran mercado de oportunidades. El círculo virtuoso se cierra cuando a la iniciativa del gobierno se le suma el impulso empresarial y una mejora en la educación superior.
Es cierto que el gran reto es transferir este crecimiento económico al nivel micro, a las personas, a las zonas rurales, pero crecer de la forma en que lo están haciendo es un gran principio. Un segundo reto es capitalizar este crecimiento en inversiones en infraestructura, pues aunque hay un gran desarrollo inmobiliario, la inversión en puertos, aeropuertos, ferrocarriles y carreteras ampliaría las posibilidades de crecimiento del mercado interno. El ultimo reto de los peruanos será el hacer sostenible y duradero este crecimiento.
Estos tres retos los podría resolver el nuevo gobierno que está por elegirse en los próximos meses. El marco sociopolítico es el mejor facilitador de la política económica. Si los peruanos deciden correctamente en estas próximas elecciones, tengan por seguro que serán imparables y que seguiremos hablando del “milagro peruano” por muchos años más.
El Dr. Eduardo Carbajal es director de la Escuela de Negocios y Humanidades del Tecnológico de Monterrey, Campus Toluca. edcarbaj@itesm.mx
FUENTE: http://eleconomista.com.mx/
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